Caminando hacia la reinserción social

Con el objetivo de contribuir a la reinserción sociolaboral de las personas privadas de libertad, el Centro de Iniciativas para la Cooperación Batá (CIC Batá) acaba de poner en marcha la segunda fase de un programa de formación con una idea clara para las personas reclusas: facilitarles el acceso, la formación y el aprovechamiento de los instrumentos tecnológicos y comunicativos (TIC) y las herramientas para la inserción socio-laboral. Sin duda, conocimientos y habilidades imprescindibles para encontrar un empleo y mantenerlo, retos para cualquier persona desempleada y especialmente para las personas que inician su camino a la reinserción.

Tras los resultados obtenidos en 2019, donde 1.716 personas (1.573 hombres y 143 mujeres) participaron en diversos talleres, ahora en 2020 se da continuidad al proceso formativo en los Centros Penitenciarios de Córdoba, Sevilla, Albolote (Granada), Sevilla II, Málaga II, Alcalá de Guadaira (Sevilla), en los Centros de Inserción Social (CIS) de Córdoba y Sevilla, y en la Unidad de Madres en Sevilla. Las actividades están centrados en la búsqueda activa, mercado de trabajo, autoempleo, motivación, comunicación, inteligencia emocional, trabajo en equipo, gestión del tiempo, presentaciones interactivas, Internet, informática, ofimática, redes sociales, etc. Además, este programa formativo incluye acciones de sensibilización para contribuir a la eliminación de las desigualdades entre hombres y mujeres.

Asimismo, el proyecto propone a las personas internas involucrarse en el proyecto como personal voluntario, algo que suele estimular en su proceso personal. De hecho, el año pasado 43 personas privadas de libertad se implicaron como voluntarias colaborando en la detección de necesidades, difusión entre compañeros, organización de eventos y evaluación.

“Según los psicólogos y educadores de los Centros Penitenciarios estas actividades ayudan a la mejora del estado general de ánimo y de salud, aumenta la autoestima, fortalece las relaciones sociales y las capacidades cognitivas”, explica Alfonso Padilla, coordinador del programa. “Consideramos que participar y aprovechar positivamente este tipo de actividades puede reportar a las personas reclusas una mejora en sus condiciones de vida dentro de la prisión. Pueden hacer méritos para pasar de estar en un módulo “estándar” a módulos de respeto en los que cuentan con mejores condiciones de movimiento, comunicación, acceso a actividades, etc y que les permite promocionar y acceder a mejores destinos (cursos o actividades remuneradas, permisos, visitas, etc)”, asegura Padilla.

Este proyecto está subvencionado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, con cargo a la asignación tributaria del 0,7 % del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. CIC Batá lleva más de 20 años, desde junio de 1998, interviniendo en los centros penitenciarios de Andalucía en diversas materias como el deporte, la inclusión digital, la formación, orientación e inserción sociolaboral, la comunicación, la educación y la cultura.

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